Monday, 01.07.2019

¿Cómo está el movimiento antigénero en América Latina?

Más de 200 integrantes de organizaciones sociales reanudan su compromiso de luchar por la igualdad de género y los derechos humanos pese a los ataques desde instituciones religiosas.

“Igualdad, género  y  no discriminación. Encrucijadas y desafíos en Paraguay y en América Latina” es el nombre del seminario internacional llevado a cabo el martes 23 y  miércoles 24 de abril  por la articulación “Igualdad de Género Sí”, el Centro de Documentación y Estudios(CDE) y la Articulación Feminista Marcosur (AFM) en Asunción con la presencia de las reconocidas investigadoras feministas : Virginia Vargas (Perú) y Betânia Ávila y Sônia Correa de Brasil. El encuentro se realizó en el Hotel Crowne Plaza de Asunción y contó con el apoyo del Fondo para la Igualdad de Género de Onu Mujeres, Unión Europea, Diakonía y Fundación Friedrich Ebert Stiftung.

El seminario tuvo como objetivo  de “conocer y reflexionar sobre los movimientos antigénero y antiderechos en Paraguay, en la región de América Latina y en el mundo”. Además, se propuso generar un espacio de diálogo entre organizaciones sociales para fortalecer las luchas por la igualdad de género y los derechos humanos.

Sônia Correa, investigadora feminista,  expuso un estudio de nueve países de América Látina que identifica las estrategias y los actores de los movimientos antigénero y muestra cómo los grupos religiosos intentan volver a las ideas del “Derecho Natural” atacando  los fundamentos de los Derechos Humanos y se reapropia de las palabras y hasta formas de organización de los movimientos sociales.

“Lo que no hay que olvidar es que este concepto de “ideología de género” nace en la iglesia católica con (Joseph Aloisius) Ratzinger  y uno de los instrumentos centrales es el Documento de Aparecida del Concejo Episcolpal Latinoamericano(CELAM) que fue redactado por Jorge Bergoglio, el actual papa de la iglesia. El vaticano es más estratégico, pero los evangélicos gritan más fuerte y son más efectivos, como en Brasil”, dijo la investigadora al tiempo de señalar que “El concepto de “ideología de género” es una canasta vacía dónde entra todo para crear pánicos morales, desde un discurso secular, desde un lenguaje popular que evoca el sentido común”. En Paraguay y en América Latina se habla de ideología de género para relacionarlo con la izquierda o el comunismo porque todavía existe la sombra del “chácke comunista” que instauró Alfredo Stroessner, mientras que en “El gobierno de Polonia se declara anti neoliberal y anti género;  y el arzobispo de Toledo (España) en una homilía reciente ha dicho que la “iglesia es la única institución que no se pliega ni al capitalismo salvaje ni a la ideología de género”. También Rafael Correa, de izquierda,  cuando fue presidente de Ecuador, atacó la teoría del género.

Sonia Correa señala que estamos viviendo una crisis de la democracia y cita al filósofo francés Jácques Ranciére:  “El crimen democrático se origina en el olvido del pastor: Debe ser redimido por un gobierno pastoral (Rancière, 2016)” y sostiene que “el género y sexualidad son pilares de ese órden pastoral”.

CRISIS DEL CONOCIMIENTO

Virginia “Gina” Vargas (Perú) es socióloga, con especialidad en sociología política. Es co-fundadora del Centro dela Mujer Peruana Flora Tristán en 1978 e integrante de uno de los grupos de investigación de Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Expuso sobre “Los desafíos de la diversidad en América Latina: nuevas actoras, nuevos espacios y nuevas epistemes feministas”. Gina refirió a la crisis del conocimiento. “Estamos ante una crisis de un modo de vida, una crisis epistémicas y en ese sentido, es un oportunidad para revisar la teoría de género, todavía nos falta una teoría del estado”, dijo.

También refirió a la crisis de la democracia. “Hay una desconfianza en la política que es muy agudizada, que ya no es simplemente un estado de ánimo, sino que comienza a ser una identidad política. La consigna ya desde hace por lo menos hace unos años es “Que se vayan todos”. Es decir, la política tiene limitaciones y eso evidentemente refleja una crisis de la Democracia, porque se usan los mecanismos democráticos para sustentar acciones profundamente antidemocráticas. Ustedes lo han tenido con la experiencia del juicio a Lugo, también ocurrió en Honduras y en Brasil que ya vemos las consecuencias. Algunos autores hablan de que estamos en una sociedad políticamente democráticas y socialmente fascista” , explicó.

LA ACUMULACIÓN Y LA FAMILIA

Betânia Ávila, Doctora en Sociología e investigadora en SOS CORPO Instituto Feminista para la Democracia expuso sobre “Los Desafíos para las luchas feministas y anticapitalistas en la región”.

“Lo que parece cada vez más incompatible es el grado de acumulación de riqueza y la democracia y aquí estoy hablando de la democracia más elemental e histórica que es la democracia liberal.  Estamos en un tiempo en que no hay una mediación del Estado para la justicia social, pero hay una mediación del Estado para la acumulación, para el control de la gente, de los territorios y de los cuerpos”, dijo.

“Esta expansión de los fundamentalismos religiosos es absolutamente necesario para los patrones de acumulación capitalista, porque lo que hacen en las comunidades es un reordenamiento social en el sentido de reinstaurar el orden tradicional y jerárquica. Entonces es fundamental para acomodar(…)es un reordenamiento, es una forma de someter a la gente, reordenada, lo que es absolutamente estratégico para este sistema de poder actual, considerando también que el propio fundamentalismo religioso -por ejemplo los evangélicos -la católica siempre fue-es una fuerza política y económica inmensa”

“Esto de la familia, ese es un punto que solamente con eso ya nos querían destruir. ¿y por qué? Porque la familia es de hecho, tanto para la religión como para el sistema capitalista el lugar dónde se sostiene. La religión y el capitalismo siempre estuvieron juntos, nunca estuvieron separados, basta mirar la colonización”.

“La familia es un punto fundamental, porque es un lugar para mantener la idea de equilibrio y de sustento. Es una institución absolutamente para sustentar este sistema que vivimos y nosotras, las feministas, los grupos LGTBI, las trabajadoras sexuales, las trabajadoras domésticas todas pusimos para el mundo lo que se esconde de ese concepto de familia como espacio de paz, de igualdad, de privacidad. Nunca fue una privacidad, siempre fue una privación, por ejemplo para las mujeres, para los trans, para los homosexuales, para las mujeres lésbicas”

“Esta familia como modelo en su práctica social en su interior es un espacio profundo de violencia. De violencia profunda, sexual, de represión sexual, de violencia de todo tipo, violencia represiva. Y poner eso en evidencia para que el mundo viera es desestructurar pilares muy fuertes de este sistema”

Finalmente, acusan de que las feministas tenemos “ideología” y que ellos no tienen ideología. La ideología está en los otros y en las otras, porque para ellos, ellos son “la revelación de la verdad”.

 

ANTIGÉNEROS Y ANTIDERECHOS EN PARAGUAY

“Una reacción organizada ante el cambio,  debido al avance de la perspectiva de derechos y el empoderamiento ciudadano de diversos sectores, principalmente mujeres y LGTBI ponen en  peligro la Democracia y los Derechos Humanos en Paraguay”, denunciaron las feministas paraguayas durante el seminario.

“Los grupos autodenominados “provida” evolucionan en antigénero en los noventa, y luego en un sentido antiderechos más general  hacia la segunda década del siglo XXI. Se multiplican y diversifican desde los 2000, y ganan poder político desde la segunda década de los 2010, principalmente a partir del golpe parlamentario en 2012, donde incluso aparecen públicamente grupos neonazis como “Tradición familia y propiedad” y “Partido Nacional Socialista””, se expuso durante la mesa “Experiencias de negación de derechos en Paraguay”.

Todos los presidentes a partir del 2012 se declararon “Pro Vida” en Paraguay. La cámara de diputados y senadores y diversas municipalidades se declararon “pro vida”.

“Sin embargo, entendemos que esta es una reacción al crecimiento del feminismo en todos los espacios”, dijo Clyde Soto, del Centro de Documentación y Estudios.